sábado, febrero 23, 2013

"-Ahora me demuestras lo cruel que has sido conmigo, cruel y falsa. ¿Por qué me despreciaste? ¿Por qué traicionaste a tu propio corazón, Cati? Yo no tengo una palabra de consuelo. Tú te mereces esto. Tú misma te has dado muerte. Sí, ya puedes besarme y llorar y arrancarme besos y lágrimas: te abrasarán... te condenarán. Tú me amabas, entonces ¿qué derecho tenías tú para sacrificarme, qué derecho, responde, al pobre capricho que sentías por Linton? Porque miseria, degradación, muerte, nada que Dios o Satanás nos pudiera infligir nos hubiera separado, tú, por tu propia voluntad lo hiciste. Yo no he destrozado tu corazón, tú lo has destrozado, y, al hacerlo, has destrozado el mío. Tanto peor para mí que soy fuerte. ¿He de querer vivir? ¿Qué clase de vida será cuando tú?... ¡Oh Dios! ¿Te gustaría vivir con tu alma en la tumba?

- ¡Dejáme! ¡Dejáme! -sollozo Catalina-. Si he hecho mal, muero por ello, eso basta. Tú también me abandonaste, pero no te reprocho; te perdono, ¡perdoname tú!
-Es difícil perdonar cuando miro estos ojos y toco estas manos descarnadas. Bésame de nuevo, pero no me muestres tus ojos. Te perdono lo que me has hecho. Amo a mi asesino, pero al tuyo ¿cómo puedo amarle?"

Cumbres Borrascosas, Bronte Emily (Capitulo XV, pág 112)

"-¡Qué despierte entre tormentos!-gritó con terrible vehemencia, dando con el pie en el suelo vociferando en un súbito acceso de indomable pasión-. Sí, ha mentido hasta el final. ¿Dónde está? No está allí... no en el cielo... no muerta... ¿Dónde? Tú me dijiste que no te importaban mis sufrimientos. Yo sólo hago un ruego..., y lo repito hasta que mi lengua se entumezca... Catalina Earnshaw, que no descanses miestras yo viva. Dijiste que yo te mate, persigueme, pues. Los muertos, yo creo, persiguen a sus asesinos. Yo sé que hay espíritus que vagan por la tierra. Quédate conmigo, en cualquier forma, ¡Vuélveme loco! Sólo no me dejes en este abismo donde no te pueda encontrar. ¡Oh, Dios, esto es impronunciable! ¡No puedo vivir sin mi vida, no puedo vivir sin mi alma!-golpeo su cabeza contra el nudoso tronco y, levantando los ojos, bramó, no como un hombre, sino como una fiera salvaje acosada a muerte con cuchillos y dardos."

Cumbres Borrascosas, Bronte Emily (Capitulo XVI, pág 116)

Extraído de mi intimo libro XD